jueves, 24 de diciembre de 2009

¿Qué cenará Díaz Ferrán esta noche?


¿Parado a la naranja o a la pekinesa?










[Ver noticia]


miércoles, 16 de diciembre de 2009

Momentos Truman III (Mi primera vez)


Nota del autor: Este post, además de ser publicado aquí en “No hay dos sin ti” como uno más de la serie de mis singulares Momentos Truman, será publicado también a modo de colaboración extraordinaria en el blog de mi amigo Peter Parker. Autor del blog “Los miércoles fotográficos”.

Mi primera vez ha sido este verano. Ya sé, ya, tal vez estoy algo machuchito para ir descubriendo estos territorios, pero la verdad es que antes no me había surgido la posibilidad, ni tan siquiera había llegado a pensar en ello. Todo fue porque un amigo me hizo el ofrecimiento, al que luego acabaría sumándose también su pareja (mujer). Bueno, mejor empiezo desde el principio que me da que os estoy liando un poco.

Mi amigo E.P.S. (me referiré a él a partir de ahora como “S”) (siempre he querido utilizar esto de las iniciales) estaba de vacaciones y buscaba alguien con quién ir a la playa. Yo, con mis vacaciones forzosas (estoy en paro) era el candidato ideal. Debo advertiros de que mi amigo “S” es asiduo a las playas nudistas, por el contrario yo nunca había ido a ninguna y la verdad que tenía curiosidad por probar a ver (no penséis mal) qué tal. Esa mañana habíamos estado concretando la hora de la quedada, y poco antes de la cita me llamo “S” para decirme que “Y”, su novia, también venía. Yo dije: - ¡Vale! No es que estuviera especialmente entusiasmado, es que no quería parecer menos “open mind” de lo que me tiene considerado mi amigo. Y a decir verdad, pensaba que la presencia de “Y” cambiaría el destino final de nuestro día de sol y playa.

“S” e “Y” vinieron a por mí, comimos y nos fuimos hacía la playa de Canet de Berenguer. Yo seguía teniendo algo de esperanza de que fuéramos a una playa convencional, pero conociendo a “S” no las tenía todas conmigo. Llegamos a la playa y en efecto, se trataba de la nudista. Bueno, me dije, no es por no ir, sí hay que ir se va, pero ir “pa ná” es tontería. Así que casi sin darme cuenta, en un tris, estaba con mis pompas blanquecinas y mi cancamillo (hacía fresquito) al aire. Yo me aferraba mentalmente a la posibilidad de que ella se quedará sólo en top-less. Joder, vale que todo el mundo esté en pelotas, eso me da igual, pero justo a mi lado y con “S”, que muchos no lo conocéis, pero su único tema de conversación es el sexo, hacía que me preocupará la posibilidad de que mi cancamillo (repito, era por el fresquito) se convirtiera en un renovado Capitán Pescanova o en un poderoso Darth Vader, cabezón como él sólo.

Ahí, a dos metros de la orilla estaba yo quitándome pausadamente la camiseta, como si de un anuncio de colonia se tratara, mientras miraba de reojillo qué se cocía detrás de mí. A “S” le había faltado tiempo. ¡Coño! un poco más y me lo veo con la colchoneta bajo el brazo listo para entrar en el agua, claro está, como Dios le trajo al mundo. Por el contrario ella ¡llevaba bikini! Aleluya pensé, pero cuando volví a abrir los parpados después de suspirar y como por arte de magia, éste había desaparecido. Vale me dije, concéntrate tío… El mar, las olitas y el fresquito de la brisita… Divino fresquito… Pero mierda, no parecía ser suficiente… Chicos, dije, me voy al agüita… ¡Salvado! (por ahora). Después de un buen rato a remojo, cuando estaba más arrugado que los abuelos de “Cocoon” salí del agua. Pensé que ya había pasado el momento crítico, ahora a tumbarse en la toallita y dejar que pasase la tarde.

Fue entonces, cuando ya creía tener a la fiera domesticada, cuando “S” empezó con su cháchara habitual. Su conversación en esta ocasión versaba sobre el paso por la peluquería de las partes íntimas. Claro, cuando las sacas a menudo de paseo por la playa son cosas que debes tener en cuenta. Yo, como soy un tío consecuente, llevo melena arriba y abajo, pero él prefiere el look de Kiko y Coto Matamoros. Hasta ahí bien, pero entonces empezamos a hablar de si ella prefería la permanente o bien los looks más transgresores. Naturalmente os podéis imaginar que la conversación iba acompañada de explícitas explicaciones e indicaciones sobre el terreno. La verdad que personalmente no tenía ningún problema con la conversación, hasta puedo decir que fue ilustrativa y enriquecedora, pero mi otro yo, el del casco de alemán, no pensaba lo mismo. Manzanero, Carrete, Bonhof, Castellanos, Saura, Kempes, Lobo Diarte, ¡Y LAS MADRES QUE LOS PARIERON! Concentrarme en recordar la alineación del Valencia C.F. de la temporada 79-80 parecía ser el último recurso que me quedaba, mientras ponía cara de prestar una profunda atención y esperaba que pasaran los segundos hasta que pudiera oír eso de: ¡PRUEBA SUPERADA!

Al rato, ya no debía quedar mucho para que arreplegáramos los trastos, la sombrilla y todo el kit dominguero-playero, cuando “S”, sin darme apenas un respiro, derivaba la conversación hacía el tatuaje tribal que su chica lucía en la parte baja de la espalda. Pensé que llegábamos al final y que se trataba del doble o nada. Había superado las pruebas anteriores y al fin y al cabo habíamos venido a jugar, ¿no? Me dije, leñe, esto pasa todos los días. ¿Qué hay más natural que una erección? Los hombres las tenemos de buena
mañana, de media mañana, al mediodía, por la tarde, en los semáforos, en la oficina…, así que, por qué no en la playita nudista con mi amigo y su novia, ¿no? “S” e “Y”, creo que no os enterasteis, pero fue excepcional, que maravilla, en la vida pensé que fuera a pasarme a mí. Allí, en un precioso atardecer junto al mar lo logré. Sí la joroba de Ángel Cristo le permitiera levantar la cabeza estaría orgulloso de mi. Esa tarde domé a la fiera, Luke doblegó por fin a Darth Vader. Y yo podría, como así hice, volver a la playa nudista vacunado contra cualquier tipo de adversidad.

Otros Momentos Truman:



Tal vez también te interese leer...