sábado, 12 de marzo de 2011

Ya estoy de vuelta


Sí, aunque parezca mentira soy yo, así que tranquis que no me ha atropellado ningún camión, ni me he pillado las manos con una prensa que me dejo impedido y no podía escribir hasta que aprendiera a hacerlo con la nariz, nada de eso. Mi abandono temporal se ha debido a cosas más sencillas, básicamente a una mudanza y una reforma.

Vaya, ahora que lo cuento recuerdo el sufrimiento que eso ha supuesto. Imaginaos los que es vender un piso en plena crisis del ladrillo (inmobiliaria) en España. Pues sí, me he tirado casi media vida para poder lograr colocar a otro al borde del precipicio hipotecario. Y no sólo eso, sino que he tenido que lidiar con las hienas de las inmobiliarias. Claro, como venden menos que Ramoncín sus discos, pues imaginaos lo que pasa cuando cae en sus manos un piso interesante a un precio razonable y se lo disputan entre varias. Si me descuido me arrancan el brazo… Que eso parecía como dar de comer a los cocodrilos. No diré nombres de inmobiliarias, aunque creo que debería hacerlo y despacharme a gusto, pero ya se me había olvidado el cabreo, y sólo ahora lo he vuelto a recordar brevemente. La verdad que es bueno, para estas cosas, tener este incipiente Alzheimer.

La otra historia con la que lidie fue embarcarme en una reforma del chalé de mis padres (ver vídeo), donde he colocado mis huesos a la espera de un mejor momento laboral e inmobiliario, para poner mis carnes y el beneficio de la venta que no me chupe Hacienda, de nuevo en movimiento. Este trago, en comparación con el otro, la verdad que fue más light, aunque tratar de apañar una casita de verano para un invierno de los que pican pues como que es un poquito complicado. A día de hoy convivo en medio más menos de una reforma permanente, aunque lo sustancial se hizo siguen quedando apaños caseros y arreglos varios, que la verdad no tengo tiempo ni ganas de acometer. Esta casa, llevaba demasiado dejada de la mano del señor (dícese mi padre) y aunque de un tiempo a esta parte mi family (unos desarrapados que salen junto a mí augusta figura en una foto en un post pasado) y yo estamos tratando de ir subsanando poco a poco la cosa, esto cuesta tanto que ya parece la décima parte de la Historia Interminable.



A esta pequeña odisea hay que sumar mi subsistencia laboral a base de trabajos que me van surgiendo aquí y allá en los que cual los marinos del viaje de Magallanes me voy embarcando y que me llevan, perdonar la expresión, como puta por rastrojo. Bueno, no todo es malo, gracias a un par de cursos que he dado me actualizado (no tenía más remedio) en temas de marketing online y comercio electrónico. Más artillería para el hombre orquesta en que me sigo convirtiendo. Diseñador, marketeer, piloto de pruebas… Si amigos, también eso. En una oportunidad laboral acabe corriendo en el circuito Ricardo Tormo de Valencia… Sí, uno de esos donde se corre el campeonato del mundo de motociclismo y donde no se hace el campeonato de Europa de Fórmula 1 por extraños apaños entre la vieja del Ecclestone (Bernie para los amigos, indudablemente entre los que no me encuentro y eso que me busco y me rebusco…) y el Presidente de la Asociación Valenciana de Chaqueteros (G.Ü.R.T.E.L. Extrañas siglas, ¿no?), Paquito Camps. Realmente lo que pasó fue que curré en un evento de presentación en España del nuevo modelo de Ford Focus. Un curro exprimidor, pero bien pagado. Dejo un vídeo del rato que tuve que hacer de coche escoba… La pena es que no hiciera ninguno de cuando 
tiraba en cabeza… Ahí sí que disfrute y no parecía, como en éste, que estoy paseando a Miss Daisy.



Y aquí no terminan mis disgustos… No, ojalá. También en estas fechas me he apercibido del monstruo intolerante en que me estoy convirtiendo con los clientes jetas que llegan a mis manos para que resuelva sus necesidades, bien de identidad corporativa, bien de presencia en Internet. Y es que en ocasiones me pregunto por qué no seré Don Draper (ver Mad Men, imprescindible) y un día me levantaré con el pie izquierdo y mandaré a uno de esos chapuzas, incompetentes y miopes empresarios, que no sé como gestionan correctamente sus empresas con lo burros que son, a que les haga su web, su marca o lo que sea, su primo, el amigo de éste o la tendera de debajo de su casa. Dios… Uno trata de hacer las cosas lo mejor que puede, ni mejor, ni peor que otros, sólo hacerlas bien, cumplir los plazos, aconsejar las mejores opciones para cada caso dentro de las necesidades de cada cliente, pero ellos se empeñan en cagarla. No sé si vivíamos mejor antes de que supieran que el diseño existía y que les podía aportar un valor añadido clave, aunque trabajáramos menos que un funcionario (vale, que me perdonen mis amigos funcionarios, no todos/as sois unos perros, admito que algunos, pocos, os salváis de la quema). O si la cosa es mejor ahora, que están por educar gráficamente (no digo ya en otras facetas) y todos se creen que tienen un gusto y un criterio inmejorable. Porque lo que no sabéis es que dentro de cada empresario Valenciano (desconozco como anda el percal en otras latitudes), además de un seleccionador de fútbol nacional, también se encuentra un diseñador frustrado que lucha por salir y demostrar su valía, como si de Alien el Octavo pasajero se tratará.

En fin, como veis no sólo no he perdido la vida, ni las manos, sino que sigo igual de sarcástico, sino más. Y es que ha sido una etapa intensa en trabajo y experiencias. Lo bueno es que ahora, después de mucho tiempo, vuelvo a poder hacer planes a medio plazo… Sólo espero no aburguesarme del todo, que uno se acostumbra rápido a la buena vida.

Gracias a los incondicionales por leerme y dejar algún comentario de vez en cuando, que más que eso sois incombustibles. ¡Nos leemos!


* Viñeta de Forges obtenida de aquí. No os perdáis el post, que es un monólogo sobre funcionarios buenísimo.

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