Revolutionary Road

Inmejorable título para esta intensa película que he disfrutado esta misma noche. Vanessa y yo, una amiga, caminábamos hacía el coche mientras comentábamos qué nos había parecido. Vane decía que le había dejado muy mal cuerpo, sobre todo el papel que interpretaba magníficamente kate Winslet. Yo, por el contrario estaba encantado. Caminaba llevado por un extraño impulso y sentía tremendamente gratificante el fresco viento de la madrugada, el cual funcionaba como refrigerante del horno en ebullición en que se había convertido mi cabeza, con las mil sensaciones y pensamientos que me habían producido ese final con sabor tan agridulce.

Los dos coincidimos que en algún momento nos habíamos sentido identificados con los personajes. En mi caso iba con cierta premeditación y alevosía, sabía que encontraría espacios comunes y tenía ganas de descubrirlos.

Las revoluciones no siempre culminan en los resultados deseables y por ello, quizás algunas personas necesitan vivir sin ellas. Esto es, en cierto modo, como vivir sin contar con la existencia de la felicidad. Otras personas prefieren vivir su búsqueda de manera infinita, haciendo de ella un modo en sí mismo de disfrutarla. Y así muchos hacen y deshacen de distintas formas, sólo, los menos, la disfrutan porque de alguna manera es parte innata de ellos. Para los demás queda la parte difícil, averiguar si sé es o no feliz. Y si no sé es, si entonces se tiene lo necesario para emprender el camino de la revolución, con todo lo que ello conlleva.

• Breve dialogo de la película:
  - ¿A qué te dedicas?
  - Estudio para ser actriz. ¿Y tú?
  - Pues soy estibador.
  - No, lo digo en serio.
  - Y yo también lo digo en serio. Aunque a partir del lunes voy a dedicarme a algo mucho más chic.
  - ¿Y qué es?- Cajero de noche en una cafetería.
  - No me refiero a tu trabajo, me refiero a qué es lo que te gustaría hacer.
  - Cielo, si pudiera contestar a algo así, seguro que en media hora estaríamos aburridos como ostras.
  


• Sinopsis


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