domingo, 13 de julio de 2008

Jo, qué noche! Episodio V

Es posible que me queden escasas horas de vida, o quién sabe si minutos. Pero antes de que llegue mi final debo contar lo que me ha acontecido esta noche.

Sobrepasan apenas unos minutos de la seis de la mañana y Ana Carmen Connor me acaba de dejar con su Ford Fiesta blanco en la esquina de mi casa. Nos acompañaba “La Antonia” que en estos instantes hará poco tiempo que habrá pasado a mejor vida, porque en el coche que nos escoltaba, donde pensábamos que iba su hermano y un turista forzoso, tal vez no todo era lo que parecía.

Todo comenzó con una invitación a una barbacoa en casa del hermano de “La Antonia”, Salvi. El
lugar era el mismo donde disfrute de la paella cuya receta compartí con todos vosotros. Y que estoy seguro de que gracias a ella, muchos ya han ganado reconocidos tro-feos de casales falleros, fiestas de pueblo y demás ágapes populares.

La barbacoa pretendía ser una fiesta Hawaiana. “La Antonia” así me lo hizo saber, pero claro viniendo de quién venia aquella afirmación casi me pongo de etiqueta esperándome lo peor. Finalmente resulto ser cierto, se trataba de una fiesta Hawaiana en la que los anfitriones se lo curraron de lo lindo ambientándose ellos y el entorno. También la selección musical fue expresamente elegida para la ocasión (“La Antonia” para estas cosas es un crack). De los invitados sólo unos pocos siguieron las pautas de venir disfrazados de hawaianos, aunque mención especial merece la faldita y girnarlas de flores que lucía Raquel, una de las invitadas.

La barbacoa transcurrió sin incidentes hasta que se empezó a propagar el último intento de “La Antonia” de popularizar el nuevo mote que trata de endiñarme. Para ser justos diré que es bueno, y como soy transparente lo compartiré con vosotros, se trata de Canapé (Véase Top Secret). Después de esto no me quedo más remedio, y me vi obligado a colocar unos cuantos motes rápidos aquí y allá. A Ramón, intimo amigo de Salvi y marido de Teodora, digo Dori… le acabo cayendo el de Ozores. El alcohol es lo que tiene, que empiezas bien la frases con rotundidad pero a la tercera o cuarta palabra eres incapaz de vocalizar. ;oD También repartimos algunos otros personajes de la peli de Top Secret, además del de Canapé, como son Café Olé (Café au lait), Croissant, Nigel y demás. Vamos que con el remenber the time del artisteo trasnochado que nos estábamos montando ya sólo nos faltaba que por allí apareciera Georgie Dann con aquella canción de: “la barbacoa, la barbacoa.”

Más tarde, después de levantar más copas que el Real Madrid en su historia, echarnos unas risas y dejar el pantanal padre a la buena de Salud, nos fuimos “La Antonia”, Salvi, Raúl (el Turista forzoso), Ana Carmen Connor, Copito de nieve y Canapé (un servidor) a ejercer el respaldo físico y moral del reportero más dicharachero de la night valenciana, que no es otro sino “El imberbe”. Éste, al parecer esa noche se había ido de despedida de soltera con unas compañeras de trabajo, o algo así. No habéis entendido mal, he dicho despedida de soltera. Por lo que decía eran ocho o nueve tías más “El imberbe”, un amigo y otro al que en un principio no mencionaron, pero que una vez se hubo marchado calificaron de ambiguo, no preguntéis, dejémoslo hay. La realidad es que, con “El imberbe” siempre es mejor hablar de realidades, que ya se sabe como está la prensa en este país. Porque “El imberbe” es periodista, no es informático o acaso lo habéis llegado a pensar (ver Yo ligo, tú ligas, el liga…). Cómo decía la realidad es que cuando llegamos estaban el ambiguo, que duro poco, el otro amigo, disculpa pero a esas horas de la noche tenía bastante con recordar mi domicilio, y dos mozuelas que se aferraban cada una a uno de nuestros dos héroes como si les fuera la vida en ello. Lo de héroes es porque había que tener un par para… (bueno sí, yo también necesitaría una heroína, ¿y qué?). El caso es que el resto de tías se habían marchado justo antes de llegar nosotros, que casualidad, ¿no?. Y claro, las que se piraron estaban riquísimas, todo según “El Imberbe” por supuesto. Aunque eso era lo de menos, ya que a esas alturas nosotros mascábamos lo que nos íbamos a reír de “El imberbe”, bienintencionadamente claro está, después de aquella noche. En ese rato sacábamos alguna foto de ellos y ellas, más que nada para ilustrar el asunto (éstas me las reservo), y yo, cuando ellas les dejaban un respiro, me acercaba discretamente como un admirador más para darles aliento y decirles: ¡¡¡PODEEEEEEEMOS!!!

Antes de que las dos parejitas se perdieran en la noche y después de que lucifer, con aspecto de mujer, medio acariciase libidinosamente el flotador que llevo incorporado, osease mi tripilla. Digo lucifer porque observe que ésta llevaba cuernos (vaya, vaya…) y rabo de diablesa. También me fije en que la otra chica vestía normalmente, por lo que me basto preguntar si todas iban disfrazadas así, a lo que la respuesta fue que no. En ese instante deduje quién era quién en aquella despedida.

Para entonces Salvi había empezado su transformación en TERMINATOR. Sí, aunque no lo
creáis todo empezó cuando nos “prohibió” que llamásemos a Ana, alias Ana Carmen Connor, Ana Carmen (sé que es un poco jodido seguirme, pero intentarlo al menos por mi recuerdo). A ella no le gusta que la llamen Ana Carmen, pero cometió el error de que alguien, Canapé para más señas, escuchará ese comentario durante un lance de la noche. Como decía, Salvi primero nos “prohibió” que hiciéramos chanza de aquel nombre telenovelesco, después trataba de “sabotear” la negociación que “La Antonia” trataba de entablar de manera espontánea para fichar a Ana Carmen Connor y llevársela de su actual empresa, donde por cierto también trabaja Salvi, ¿casualidad? no lo creo. Y por último, cuando nos distribuimos en coches para volvernos a casa desde los garitos de la Copa América, y Salvi vio que yo, Canapé y su hermano “La Antonia” nos íbamos con Ana Carmen Connor, por proximidad de domicilios, y a él le tocaba llevar a Raúl, el turista forzoso, al Cabañal (al lado de donde estábamos, pero en dirección opuesta), decidió completar la misión para la que había sido programado en esos casos y nos escolto atravesando la ciudad, y como no arrastrando consigo a Raúl. Ahora entenderéis porque lo del turista forzoso.

Yo durante el trayecto planee diversas formulas de distracción, del tipo: para a poner gasolina y cuando se detenga arrancamos cagando leches, o en el siguiente semáforo le abrimos las puertas de detrás, o le levantamos los limpiaparabrisas y nos damos a la huida. El caso es que sospechaba que nada funcionaría contra el Terminator, por lo que nuestra única salida era el botón de camuflaje que llevaba el Ford Fiesta para transformarse de Ford en Fiat. Hasta ese momento no se había probado y tal vez resultará defectuoso pudiendo poner la integridad de alguno de nosotros en serio peligro… El caso es que mientras calculábamos los riesgos de aquella acción desesperada llegamos a mi casa, baje del coche lo más raudo y veloz que me permiten mis kilitos y les dedique un último vistazo a mis compañeros de viaje. Después mire al coche escolta, Terminator tenía la mirada puesta en el infinito, acojonaba, quizás estaba concentrado en su misión o simplemente era un cuelgue del sistema operativo, pero fuera como fuese al lado tenía a Raúl, el turista forzoso con cara de paciencia y resignación. Sería la última vez que viera a “La Antonia y tal vez a Ana Carmen Connor, no lo sé, tendréis que esperar a ver si vuelvo a escribir alguna otra locura, eso será buena señal, ¿no?

Bueno, así se desarrollo la noche, como habréis visto lo pasamos genial entre unas cosas y otras, pero lo mejor fue cuando especulábamos sobre la posibilidad real de que Salvi, que es algo mayor que “La Antonia” fuera en realidad un Terminator. Ante la duda que le plantee a éste sobre la identidad de su hermano él sólo pudo decir: - yo no lo he visto nacer, cuando yo llegué, él ya estaba ahí…

Hasta la vista, baby.


* Vale, yo también creo que es buena idea dejar de ver series como “The Chronicles of Sarah Connor” (aquí en spanish), por cierto muy recomendable, eso sí, esperar a que salga la segunda temporada y veis las dos de golpe, que la primera se queda demasiado coja. Abstenerse los que no les guste la ciencia ficción.

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