martes, 15 de septiembre de 2009

Kilo y medio de tertuliano faltón


En mi horita nocturna de zappeo compulsivo por la TDT me acabe de ratificar en un sentimiento que corría desde hace tiempo por mis entrañas. Odio, he dicho ODIO a los tertulianos. Realmente es una de las especies invasoras que están acabando con lo poco de bueno que quedaba en la televisión.

La gota que colmo mi paciencia cayó anoche mientras saltaba de canal en canal fui a parar al de
Intereconomía, donde hacían el programa de “El gato al agua”. Ya sabía, por referencias y por algún que otro encuentro fortuito, del palo y sentido político de ese canal. Hasta ahí todo correcto. No es que comulgue con esas ideas, pero ya estoy acostumbrado (muy a mi pesar, todo hay que decirlo) a que cada medio tiene su color o inclinación política más o menos marcada. Lo que me irrito de verdad fue la petulancia e ignorancia con la que se expresaron en concreto dos de los tertulianos (Alfonso Rojo y Carlos Dávila) sobre la visita de Evo Morales y la anterior de Hugo Chávez a España. No es que se trate tampoco de personajes especialmente estimados por mí, pero el tono, la socarronería con la que se refirieron a ellos descalificando su indumentaria y actitudes respiraban un tono ciertamente xenófobo. Todo ello con la complacencia y risitas del resto de contertulios. No fue hasta que otro de los presentes, cuya identidad no he podido descifrar les llamo, por decirlo de alguna forma, al orden. Fue entonces cuando el moderador expreso unas palabras de corrección sobre lo que allí se había dicho. Daba igual el daño, a mi modo de ver, ya estaba hecho.

Tengo entendido que ese es un tono habitual en el canal. Y la verdad que se escuchen salidas de tono en los programas del corazón puede ser hasta divertido y es lo que demanda su audiencia, pero en un programa al que se le presupone cierto grado de seriedad, está totalmente fuera de lugar y más si cabe por el cariz de los mismos. ¿Será acaso que es el tipo de mensajes que demanda su audiencia?

Por lo que tengo entendido, a través de una amiga periodista que trabaja en televisión, los productores, o quién sea que se encargue de eso, tienen una lista con los tertulianos disponibles, su inclinación sobre temas de interés y sus tarifas. Y de ahí ya contratan o escogen al gusto según el programa. Así me los imagino en la “Tertuliaría” pidiendo kilo y medio de tertuliano faltón, dos kilos de de derechones, dos izquierdosos y unos gramitos de sentido común, no mucho que si no la cosa queda sosa y la audiencia en el primer intermedio se esfuma.

Por suerte aún quedan reservas en la sabana televisiva de buenos programas, por lo que de vez en cuando me topo con
"El debate" de CNN+, que cosiste en un cara a cara con un moderador (José María Calleja) donde se tratan temas de actualidad con rigor, objetividad e interés.

Hale, acabo mi momento de odios por hoy.

2 comentarios:

  1. Demasiadas verdades dichas sin eufemísmos ni nada.
    No sé si el mundo estará preparado, los bebedores de "tertulias" necesitan más tiempo para alejarse de la basura que les malnutre. Son como.... sus bolsas de chetos.... basura que está rica pero no alimenta, todos tenemos nuestros chetos también es verdad, pero ese es tan sencillamente repulsivo....

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  2. Antartida, antes de nada gracias por tu comentario.

    La verdad que no sé si como dices los bebedores de tertulias necesitan más tiempo para alejarse de todo eso. Yo soy menos optimista y creo que están condenados al fuego eterno del reciclador de basuras. Otras con diferente piel pero el mismo contenido.

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